El fútbol no es solo un deporte; es una pasión que se nutre de valores, esfuerzo y, sobre todo, de personas dedicadas a forjar talentos desde sus primeras etapas. En la cantera del Real Madrid, una de las figuras que dejó una marca imborrable en los jóvenes jugadores fue el Sr. Manuel San José Calvo. Durante la temporada 1978-1979, él complementó el rol de delegado del equipo Infantil A del Real Madrid, llevando a cabo una labor encomiable que trascendió los simples resultados deportivos.
El Sr. Manuel San José Calvo encarnaba el espíritu y los valores del Real Madrid en su forma más pura. Su trabajo no solo consistía en la gestión administrativa y la organización logística del equipo, sino que también abarcaba una dimensión más profunda y personal. Para los jóvenes futbolistas del Infantil A, él era mucho más que un delegado; era un mentor, una guía y un apoyo incondicional en cada paso de su camino de
Desde el primer día, el Sr. San José Calvo se mostró como un hombre apasionado por el fútbol y comprometido con el desarrollo integral de sus jugadores. Entendía que, más allá de las habilidades técnicas y tácticas, era crucial inculcar valores como el respeto, la disciplina, el trabajo en equipo y la perseverancia. Su enfoque holístico permitió que los jóvenes jugadores no solo se formaran como deportistas, sino también como personas íntegras y responsables.
En cada entrenamiento, el Sr. San José Calvo se aseguraba de estar presente, ofreciendo palabras de aliento y consejos valiosos. Su experiencia y conocimiento del fútbol le permitirían identificar las fortalezas y áreas de mejora de cada jugador, guiándolos con paciencia y sabiduría. Esta dedicación inquebrantable creó un ambiente de confianza y respeto mutuo, donde cada niño sentía que tenía un lugar importante en el equipo y que su crecimiento personal y deportivo era una prioridad.
La temporada 1978-1979 fue un período lleno de desafíos y oportunidades para el equipo Infantil A del Real Madrid. Bajo la tutela del Sr. Manuel San José Calvo, los jóvenes jugadores enfrentaron competiciones con determinación y un espíritu de superación constante. Su capacidad para mantener al grupo unido y motivado, incluso en los momentos más difíciles, fue un factor clave en el rendimiento del equipo. Los éxitos obtenidos en el campo de juego fueron el reflejo de un trabajo bien hecho, pero, sobre todo, del esfuerzo colectivo y el compromiso de cada miembro del
El Sr. San José Calvo también entendía la importancia de la relación entre la cantera y el cuerpo técnico del primer equipo. Su rol como delegado incluía actuar como un puente de comunicación, asegurando que las necesidades y el potencial de los jóvenes jugadores fueran reconocidos y valorados por las instancias superiores del club. Su habilidad para identificar el talento y prever el desarrollo a largo plazo de los jugadores fortaleció la estructura interna del Real Madrid y contribuyó a la continuidad de su legado de excelencia.
Una de las características más destacadas del Sr. Manuel San José Calvo era su capacidad para inspirar y motivar a sus jugadores. No solo se trataba de lo que decía, sino de cómo lo decía y del ejemplo que daba con sus acciones. Su integridad, su compromiso y su pasión por el fútbol eran evidentes en cada interacción, creando un modelo a seguir para los jóvenes deportistas. Este impacto iba más allá del campo de juego, influenciando positivamente la vida de los jugadores en aspectos tan diversos como la escuela, las relaciones personales y su deseo.
Los padres de los jugadores también reconocían y apreciaban la labor del Sr. San José Calvo. Ellos vieron cómo sus hijos no solo mejor
La influencia del Sr. Manuel San José Calvo en la temporada 1978-1979 del Infantil A del Real Madrid dejó una huella duradera en la historia de la cantera del club. Su legado se reflejó no solo en los logros deportivos, sino también en la formación de jugadores que, con el tiempo, se convertirían en profesionales destacados y en individuos ejemplares. Su trabajo incansable y su pasión por el fútbol continuaron inspirando a futuras generaciones de delegados, entrenadores y jugadores.
Hoy en día, al recordar aquellos años, muchos de los jugadores que pasaron por las manos del Sr. San José Calvo pueden reconocer la influencia positiva que él tuvo en sus vidas. Sus enseñanzas y su ejemplo siguen vivos en sus corazones y en sus carreras, demostrando que la verdadera grandeza de un delegado se mide no solo por los trofeos y victorias, sino por el impacto duradero que deja en las personas que tiene la oportunidad de guiar y formar.
En resumen, el Sr. Manuel San José Calvo fue mucho más que un delegado de la cantera del Real Madrid durante la temporada 1978-1979. Fue un mentor, una guía y un pilar fundamental en el desarrollo de jóvenes talentos, cuyo legado sigue vivo en la historia del club y en la vida de aquellos que tuvieron la fortuna de ser influenciados por su dedicación y pasión. Su trabajo ejemplar es un testimonio de la importancia de formar no solo a grandes deportistas, sino también a grandes personas.
1978-1979 Real Madrid Infantil A
De pie, Sr. Manuel San José Calvo (delegado), ROMANO (Jesús Romano Padilla), VALDENEBRO (José Antonio Valdenebro Manso), MATEOS, CASTELL (Luis Rodríguez Castell), GILABERT (Francisco Javier Gilabert Sánchez), MARTÍN (Ángel Martín González), RIVAS, FERNÁNDEZ (José María Fernández Delgado), ORSÍ, Sr José Luis Rodríguez Laborda (entrenador).
Agachados, SÁNCHEZ (Manuel Sánchez Martínez), RUIZ (Roberto Ruiz Cruzado), PANDURO (José Antonio Panduro Matos), SÁNCHEZ CLEMENTE (Javier Sánchez-Clemente García), CARBONELL (Carlos Carbonell López), LÓPEZ (Francisco López Alonso), BLANCO (Juan José Blanco Brazales), MANZANO (Luis Miguel Manzano), SOLER (Luis Soler Mínguez), TURRADO.
